¿Cómo Extraer el CBD del Cannabis?

¿Cómo se preparan los concentrados?

La elaboración de concentrados de cannabis se puede llevar a cabo tanto en instalaciones comerciales con maquinaria avanzada como de manera artesanal en casa. Existen múltiples técnicas de extracción, incluyendo:

  • Extracción en seco
  • Extracción mediante hielo seco
  • Extracción acuática
  • Aplicación de calor y presión conjuntamente
  • Uso de solventes no inflamables como el dióxido de carbono
  • Utilización de solventes inflamables, tales como el butano (utilizado en encendedores), propano, éter y alcohol
  • La preferencia por solventes inflamables radica en que los concentrados resultantes poseen concentraciones elevadas de THC, ofreciendo a los usuarios experiencias más intensas y prolongadas, además de ser un método de extracción coste-eficiente y efectivo. El butano se destaca como un solvente habitualmente empleado; su uso conduce a la producción de un concentrado de cannabis muy potente conocido como BHO (butane hash oil o aceite de hachís de butano).

¿Qué aspecto tiene el producto final?

Los derivados obtenidos a través de estos procedimientos pueden resultar en:

  • Una cera viscosa y de aspecto líquido
  • Un compuesto blando y sólido con una consistencia parecida a la de un ungüento labial
  • Un elemento sólido y duro con un tono similar al del ámbar

El aceite de cannabis y las ceras pueden ser utilizados en vaporizadores tipo bolígrafo. Las variantes sólidas, por su parte, pueden ser aplicadas en una superficie caliente, habitualmente fabricada de titanio, cuarzo o cerámica, para ser vaporizados a temperaturas elevadas. El vapor generado se aspira mediante un utensilio específico, comúnmente conocido como rig, que funciona similar a una pipa de agua, en una práctica denominada “dabbing”.

¿Cuál es la diferencia entre concentrados, extractos y dabs?

Las denominaciones empleadas para identificar estos productos son variadas. Se utiliza el término «concentrados» como una categoría general para denominar a todos los productos derivados de la planta. Aunque a menudo se emplean de manera intercambiable las expresiones “extracto” y “concentrado”, existe una distinción en la que se considera a los extractos como aquellos productos obtenidos mediante el uso de disolventes, excluyendo aquellos derivados de la planta a través de técnicas que no requieren de disolventes.

La expresión “dabs” se asocia principalmente con productos elaborados únicamente con aceite de hachís butano; no obstante, ocasionalmente este término también se utiliza de forma coloquial para aludir a concentrados obtenidos mediante otras técnicas. Además, existen procedimientos posteriores a la elaboración que generan aún más diferencias en los productos, así como en las denominaciones utilizadas para describirlos.

¿Qué efectos tienen los concentrados sobre la salud?

El uso de marihuana en cualquiera de sus variantes está vinculado con consecuencias no deseadas, aunque se requieren más estudios para comprender cómo el consumo de extractos se contrasta con la inhalación de los tricomas secos del cannabis. Los extractos de cannabis incluyen proporciones considerablemente elevadas de THC.

Aquellos productos elaborados mediante químicos son especialmente fuertes. Se han registrado tasas de THC que fluctúan entre el 54% y el 69%, e incluso hay informes de concentraciones que superan el 80%, mientras que el nivel promedio de THC en productos obtenidos a través de métodos de extracción mecánica varía entre el 39% y el 60%.

Esto se compara con un porcentaje mucho menor de THC presente en la planta de cannabis que típicamente se fuma, donde las muestras recogidas por la DEA señalan una media algo más del 15%.

Los extractos no solamente presentan cantidades elevadas de THC, sino que también conducen a que el consumidor absorba la totalidad del THC en una sola inhalación.

Por lo tanto, los extractos pueden introducir altísimas dosis de THC en el cuerpo de forma inmediata. La probabilidad de desarrollar dependencia y adicción se incrementa con la exposición a altas concentraciones de THC, y es más factible que las dosis elevadas provoquen paranoia, ansiedad y desórdenes psicóticos.

Se necesita profundizar en las investigaciones para determinar cómo el uso de extractos influye en estos peligros. Por otro lado, los extractos concentrados portan impurezas que podrían generar alarma. Una investigación reveló que el 80% de las muestras examinadas de extractos estaban contaminadas de alguna forma, no únicamente con pesticidas (una preocupación compartida con la planta seca), sino también con residuos de solventes que no se eliminaron adecuadamente en el proceso de producción.

Aquellos que consumen aceite de cannabis a base de butano, por ejemplo, es probable que inhalen ciertas cantidades de butano y otras impurezas junto con el THC vaporizado. Es crucial mencionar que la inhalación directa de butano concentrado, especialmente por parte de consumidores recreativos de extractos, implica varios riesgos y se han reportado casos de fallecimientos.

Sin embargo, aún no se ha determinado con precisión cuáles son los efectos negativos de inhalar butano residual y otros solventes o contaminantes en la salud al consumir marihuana de esta manera.

¿Es peligroso hacer concentrados a base de disolventes?

La elaboración de concentrados mediante el uso de solventes puede entrañar riesgos notables. El empleo de butano para crear extractos en domicilios ha resultado en incendios y deflagraciones, causando lesiones severas a los habitantes.

Un estudio de 2015 enfocado en las consecuencias de legalizar el cannabis en Colorado reveló que, durante un lapso de dos años, el centro de tratamiento de quemaduras de la Universidad de Colorado registró un incremento significativo en casos de lesiones por explosión durante el proceso de extracción casera de THC con butano. Las lesiones de algunos pacientes cubrían más del 70% de su cuerpo, requiriendo en la mayoría de los casos transplantes de tejido cutáneo.

La legislación federal prohíbe específicamente la producción de aceite de cannabis utilizando butano, y aun en estados donde el consumo recreativo de cannabis para adultos es legal, como Colorado y California, resulta ilegal la fabricación de dicho aceite a partir de solventes volátiles.

En Colorado, los entes reguladores estatales prefieren técnicas alternativas que involucran el uso de CO2 en estado sólido o agua fría, o bien, adquirir el producto por medio de dispensarios de cannabis autorizados. La gran mayoría de los productores optan por un método de extracción más seguro, que previene el escape o exposición de solventes al ambiente, minimizando así el riesgo de igniciones accidentales, en un enfoque similar al adoptado históricamente para la elaboración de diversos bienes de consumo.

Puntos para recordar

Las superficies de las plantas de cannabis se encuentran adornadas con microscópicos compuestos conocidos como tricomas. Estas estructuras, semejantes a diminutos pelos con forma de hongo, envuelven el cogollo de la flor de cannabis y son los responsables de generar los cannabinoides de la planta.

  • Es posible aislar los tricomas y aplicarlos en la creación de concentrados que incluyen extractos y dabs.
  • Dichos concentrados ostentan concentraciones elevadas de THC, componente que confiere a la marihuana sus efectos psicoactivos.
  • Los concentrados brindan la opción de ser vaporizados e inhalados utilizando un dispositivo de vapeo o consumirse a través del método conocido como dabbing.
  • La producción de concentrados puede llevarse a cabo tanto en instalaciones comerciales como de manera doméstica, empleando diversas técnicas que incluyen el uso de hielo seco o agua y el recurso a solventes.
  • La elección de solventes inflamables tales como butano, propano, éter o alcohol es frecuente dada la alta concentración de THC en el producto final, lo que se traduce en efectos más intensos y una metodología coste-eficiente.
  • El empleo de butano como agente disolvente da lugar al potente concentrado de cannabis conocido como BHO (aceite de hachís butano).
  • La confrontación a niveles elevados de THC incrementa el riesgo hacia la dependencia física y la adicción. Las dosificaciones altas de THC tienden a provocar ansiedad, inquietud, paranoia y episodios psicóticos.
  • Genera preocupación la mezcla con pesticidas y solventes residuales que no son completamente erradicados en el proceso de producción. Los consumidores de aceite de hachís elaborado con butano posiblemente inhalen trazas de butano y otras impurezas además del THC vaporizado.

¿Cómo se extrae el CBD del cáñamo?

El inicio del proceso para obtener CBD se da con el acto de recolectar la planta de cáñamo. Tras la recolección de los especímenes plantados, es necesario aislar los florescencias ricas en CBD del resto del material vegetativo, tales como follaje y tallos, que poseen una menor cantidad de cannabinoides.

Es importante destacar que, el CBD junto con otros cannabinoides, se encuentra predominantemente en las flores; por ende, estas constituyen la sección de la planta que alberga la máxima concentración de estos compuestos.

Después de que las flores han sido depuradas de follaje y tallos, se someten a un proceso de secado preparándolas para la extracción del CBD. Este procedimiento puede realizarse a través de distintas técnicas, no obstante, la extracción con CO₂ es la técnica más extendida en el ámbito industrial.

Este método emplea dióxido de carbono para separar el CBD de la planta de una forma segura y eficiente.
Adicionalmente, se encuentran metodologías alternas, como la extracción mediante etanol o la solubilización en aceite vegetal. En los párrafos siguientes se ofrece un breve panorama sobre lo que distingue a cada uno de estos procedimientos.

Extracción de CBD con etanol

La técnica de obtener CBD mediante el uso de etanol implica sumergir el cannabinoide junto con otros elementos de la planta de cannabis en etanol, que actúa como solvente orgánico. Este solvente tiene la capacidad de resolver una diversidad de sustancias, incluidos cannabinoides, terpenos y flavonoides, todos ellos dotados de distintas propiedades.

La metodología para extraer CBD usando etanol se divide en tres fases fundamentales: disolución, filtrado y depuración. A continuación, se presenta una breve descripción de cada fase:

  • Disolución: Durante esta fase, el material vegetal seco se deja en etanol por un lapso específico para permitir la disolución de sus componentes de interés.
  • Filtrado: Una vez finalizada la disolución, se procede a filtrar la combinación de etanol y extracto de cáñamo para descartar los deshechos sólidos.
  • Depuración: Este último paso implica la eliminación del etanol del extracto a través de un proceso de evaporación, resultado en un concentrado puro de CBD de espectro completo.

Extracción de CBD con CO₂

La obtención de CBD mediante el uso de dióxido de carbono es una técnica ampliamente reconocida para aislar el cannabidiol del cáñamo industrial. El proceso inicia al introducir flores de cannabis en un recipiente diseñado para este fin. A continuación, se inyecta CO₂ en este recipiente bajo condiciones controladas de presión y temperatura, transformándolo en estado líquido.

Durante el procedimiento, el CO₂ circula por el recipiente, disolviendo así el CBD y otros cannabinoides presentes en las flores. Después, se efectúa una etapa de purificación donde se descartan sustancias no deseadas, logrando un concentrado puro de CBD.

Es posible realizar una extracción subcrítica para adquirir un concentrado de CBD que preserva los aromas originales. Este método implica usar CO₂ a temperaturas más bajas, lo cual ayuda a mantener intactos ciertos terpenos, que son compuestos encargados del aroma.

La extracción de CBD con CO₂ sobresale por numerosas razones comparada con otras técnicas de aislamiento de CBD. En primer lugar, se consigue un concentrado de elevada pureza, sin impurezas ni elementos no deseados.

Además, es importante resaltar que el dióxido de carbono es un solvente seguro y atóxico, que no compromete la calidad del concentrado de CBD con residuos.

Por último, esta metodología para extraer CBD usando CO₂ es destacada por su alta eficiencia y capacidad para generar significativas cantidades de concentrado.

Obtención de CBD a través de la Maceración con Aceite Vegetal

La técnica de maceración es un proceso para obtener CBD que implica sumergir las flores de cáñamo en aceite vegetal para permitir que los cannabinoides se fusionen con este a lo largo del tiempo. Si bien este procedimiento no es tan eficaz como otros métodos, tales como la extracción mediante CO₂ o el uso de etanol, ofrece una vía alternativa para aquellos interesados en la elaboración casera y económica de CBD. Además, a diferencia de las técnicas mencionadas, la maceración no demanda equipo especial ni una preparación compleja.

La ejecución de este método es bastante sencilla, puesto que solamente se requiere sumergir las flores de cannabis ricas en CBD en el aceite vegetal de preferencia (por ejemplo, aceite de oliva o de coco) dentro de un recipiente de cristal. Luego, se sella y se mantiene en un espacio frío y sin luz durante un ciclo de dos semanas, removiéndose diariamente para garantizar una óptima fusión del CBD y otros cannabinoides en el aceite.

Una vez cumplido el plazo establecido, se procede a filtrar la solución mediante un paño de muselina o un tamiz de malla fina para separar las flores y conservar el aceite vegetal enriquecido con CBD. Este aceite de CBD resultante no alcanzará la concentración de los obtenidos por métodos de extracción alternativos, pero representa una opción de bajo coste.

Es importante subrayar que el procedimiento aquí explicado no constituye un uso legal en España de las flores de CBD, dado que éstas se venden como artículos de colección.

Un Aspecto Adicional a Considerar

Finalmente, después de examinar los tres procedimientos de extracción más comunes, es necesario abordar un aspecto que tendrá un impacto significativo en este proceso. Este aspecto está vinculado con qué partes de la planta se deberían elegir para realizar la extracción del CBD.

Desde esta perspectiva, no existe un consenso claro. Mientras algunos defienden la idea de aprovechar cada segmento de la planta para la extracción, otros optan por utilizar únicamente las flores. Sin embargo, los aceites de CBD destinados a usos terapéuticos suelen ser obtenidos mediante la extracción de cannabinoides de la planta entera.

De este modo, se argumenta que se logran mayores ventajas al capturar un espectro más amplio de compuestos activos.

Cómo se purifica el CBD

Una vez abordados los distintos métodos de obtención, es imprescindible dedicar un momento a la purificación del CBD. Esto cobra especial relevancia considerando que la pureza de los extractos variará significativamente.

En realidad, lejos de ser dos procesos aislados, la extracción y purificación del CBD se desarrollan conjuntamente, manteniendo una vinculación estrecha.

Como ya hemos mencionado anteriormente, los extractos de CBD que se derivan del uso de extracción supercrítica con CO2 nos ofrecen un producto de mayor pureza, caracterizado por un sabor y aroma neutros, además de poseer una superior capacidad terapéutica.
Este hecho se mantiene incluso cuando se requiere aplicar calor durante su obtención, lo que podría sugerir un deterioro de ciertos compuestos del CBD.

Por otra parte, en lo que respecta a la pureza, los extractos de CBD en aceite presentan una calidad excepcional. Aquí, la principal limitación radica en la concentración más baja de CBD. No obstante, el empleo de aceites vegetales ricos en nutrientes, como el aceite de oliva, representa un valor añadido a estos productos.

Respecto a los extractos conseguidos mediante solventes, su pureza queda bajo sospecha, principalmente al no asegurar que el resultado final esté exento de sustancias tóxicas.

Finalmente, en relación con la pureza, es común a todos los métodos de extracción de CBD un factor clave: la presencia casi inexistente de THC. De hecho, es frecuente observar esta aclaración en suplementos, alimentos y cremas a base de CBD. Por lo tanto, podremos estar confiados de que lo que adquirimos no es un producto psicoactivo, sino uno con fines terapéuticos.

Usos del CBD purificado

Definitivamente, la diversidad de aplicaciones que encontramos en el aceite de CBD es extensa, y tal como mencionábamos al inicio de este escrito, está en ascenso. Abrangiendo desde suplementos de variadas formas (cápsulas, elixires, píldoras, etc.), pasando por alimentos enriquecidos hasta llegar a productos de belleza.

También hay disponibles opciones de CBD diseñadas específicamente para mascotas, permitiéndoles aprovechar los beneficios terapéuticos del cannabidiol.

Por tanto, es fundamental entender que no todos los artículos ofrecidos son idénticos. La efectividad, pureza, coste y calidad de estos se ve influenciada por diversos aspectos; uno de ellos es el método de extracción del CBD, tema que ya hemos abordado previamente. Además, los componentes adicionales presentes en su fórmula y el modo de uso también juegan un papel crucial al momento de seleccionar alguno de estos productos.

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